Ya que estoy recopilando entradas antiguas voy a escribir tambien la que me vino ala cabeza cuando llevaba unos meses en malaga, mi lugar de estudio este año.
Cuarenta y tres días fuera de casa. Parecen pocos, pero sin la gente a la que quieres es muy duro. Un lugar desconocido, gente desconocida, un ambiente diferente... son muchas cosas las que te hacen pensar que no sabes por qué estas aquí, pero tu aguantas y los días pasan.
Menos mal que tengo a esa persona q no me dejará sola nunca.
Hasta un día en el que una persona a la que no habías visto nunca te sonríe y te pregunta la hora, otra te pide un folio, otra comparte sus risas en la clase así empiezan las cosas hasta que el día 43 ves a varios amigos, porque ya lo son, merendando en tu casa.
Entonces te das cuenta de que la mayoría de esos 43 días no has estado solo, se han ido abriendo a ti nuevas personas a las que ya has tenido que cuidar en salidas nocturnas y a las que le has contado secretos. Espero que todo siga así.
Pero también son 43 días sin ver a las personas de siempre, tus amigos.
Pero ya sabes que tienes un hueco en el corazón de los nuevos.
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